Viandar de la Vera, es un pequeño pueblo enclavado en la serranía verata que mantiene buenas muestras de la arquitectura tradicional. Se separa del Señorío de Valverde en 1642 y conserva su título en pergamino firmado por Enrique IV. Además de la Picota o Rollo, símbolo de su independencia. Su término fue habitado desde los tiempos más remotos, encontrándose huellas de un castro celtíbero en el Cerro del Castrejón.
Por su emplazamiento, su amplia jurisdicción le procuran enclaves cuyas cotas superan con creces los 2.000 metros de altitud como la Sierra de Martinejos o la Loma de la Cumbre. Constituyen ejemplos patentes de la orografía tan acusada que le proporcionan unos alrededores de indudable belleza.
Edificios más destacados
Entre sus edificios más destacados podemos reseñar la Iglesia de San Andrés Apóstol. En ella se conservan varias esculturas de excelente calidad artística de los S. XVI y XVII y un Retablo Mayor con pinturas sobre tabla del S. XVII. En la Casa Parroquial hay un crucificado de marfil de tres clavos del S. XVIII procedente de Filipinas.
En sus alrededores se puede visitar la Garganta de Las Meñas, el Río Moros y La Covacha. Sus habitantes hacen gala de un carácter sociable y hospitalario, que se muestra de manera especial, en el primer Domingo de Octubre, con motivo de las Fiestas de Nuestra Señora del Rosario.